Luego de la clase pasada, donde se desarrollaron los ejercicios sobre peritaje nos tocó realizar una entrada al respecto y buscamos hacerlo con algún otro “condimento”.
Es así que a continuación se publican dos textos (inventados por nosotros claro está) donde cada uno representa una nota periodística (en prensa gráfica) con valoraciones de lo escuchado en la audiencia donde los peritos declararon. Esperamos que sirva como disparador de discusiones sobre el tema en estudio y también sobre la forma en que la sociedad conoce sobre lo que hace la justicia en el fuero penal.
Es así que a continuación se publican dos textos (inventados por nosotros claro está) donde cada uno representa una nota periodística (en prensa gráfica) con valoraciones de lo escuchado en la audiencia donde los peritos declararon. Esperamos que sirva como disparador de discusiones sobre el tema en estudio y también sobre la forma en que la sociedad conoce sobre lo que hace la justicia en el fuero penal.
Nota 1: Derecho penal mínimo?
MATAR AL LADRÓN
Imputado por homicidio simple: comenzó el juicio oral contra el mecánico que se resistiera a un robo.
Caía ya la tarde, lluviosa y fría, sobre la Ciudad cuando la Presidente del Tribunal Oral en lo Criminal 20 daba por iniciado el debate oral que tiene a Jorge Rodríguez como imputado del delito de homicidio simple –figura penal que prevé penas de 8 a 25 años de prisión-(ver Los hechos). En esta primera audiencia, el tribunal escuchó la declaración de la Dra. Mariana Reptens, integrante del equipo médico-legal de la policía científica que realizara la autopsia sobre el cuerpo de la víctima, Ramón Narváez.
La declaración de la testigo dejó en claro que Narváez murió por las heridas producidas por el disparo de un arma de fuego desde una distancia considerable, conclusión a la que arribara al no tener el cuerpo marcas de quemaduras en la piel, característica de un disparo realizado a pocos metros, y debido a la leve inclinación de la trayectoria del proyectil que quedó alojado en el pulmón derecho del occiso.
La Dra. Reptens concluyó también que de haber sido tratado a tiempo Narváez habría podido correr mejor suerte, dado que se trataba de una persona de alrededor de 30 años y con un buen estado de salud.
Transcurridos alrededor de 45 minutos de exposición y no habiendo más preguntas, el tribunal dio por concluida esta primer audiencia, fijándose para el próximo jueves 13 la continuación del debate.
De estas declaraciones, no puede deducirse que efectivamente haya sido el mecánico quien disparó. Pues dicho disparo podría haber sido realizado por cualquier otra persona.
Los hechos del caso
El mediodía del 8 de agosto de 2003 era un día más en el taller de Jorge Rodríguez sobre la calle Gorriti al 1000. Uno de los mecánicos atendía un vehículo y dos clientes aguardaban sentados en una improvisada sale de espera cuando Narváez ingresó al local preguntando por unos repuestos. Se mostraba nervioso, inquieto. En ese momento, Rodríguez, quien habría visto al hombre merodear por las inmediaciones del taller, adivinando sus intenciones, salió de su oficina con un arma en la mano y disparó. No se equivocaba, Narváez estaba armado y abrió fuego también al tiempo que huía del lugar y se subía a un vehículo que estaba esperándolo.
Herido y por miedo a la justicia, Narváez no fue si no hasta el día siguiente al Hospital de Agudos Torcuato Álvarez, donde falleció a las pocas horas por la gravedad de su cuadro clínico.
Cabe destacar que ante un hecho delictivo, donde la víctima del mismo se defiende, es decir que utiliza su derecho de legítima defensa, termina siendo procesado por abatir a un mal viviente.
Rodríguez, en tanto, continúa el proceso con prisión preventiva.
Imputado por homicidio simple: comenzó el juicio oral contra el mecánico que se resistiera a un robo.
Caía ya la tarde, lluviosa y fría, sobre la Ciudad cuando la Presidente del Tribunal Oral en lo Criminal 20 daba por iniciado el debate oral que tiene a Jorge Rodríguez como imputado del delito de homicidio simple –figura penal que prevé penas de 8 a 25 años de prisión-(ver Los hechos). En esta primera audiencia, el tribunal escuchó la declaración de la Dra. Mariana Reptens, integrante del equipo médico-legal de la policía científica que realizara la autopsia sobre el cuerpo de la víctima, Ramón Narváez.
La declaración de la testigo dejó en claro que Narváez murió por las heridas producidas por el disparo de un arma de fuego desde una distancia considerable, conclusión a la que arribara al no tener el cuerpo marcas de quemaduras en la piel, característica de un disparo realizado a pocos metros, y debido a la leve inclinación de la trayectoria del proyectil que quedó alojado en el pulmón derecho del occiso.
La Dra. Reptens concluyó también que de haber sido tratado a tiempo Narváez habría podido correr mejor suerte, dado que se trataba de una persona de alrededor de 30 años y con un buen estado de salud.
Transcurridos alrededor de 45 minutos de exposición y no habiendo más preguntas, el tribunal dio por concluida esta primer audiencia, fijándose para el próximo jueves 13 la continuación del debate.
De estas declaraciones, no puede deducirse que efectivamente haya sido el mecánico quien disparó. Pues dicho disparo podría haber sido realizado por cualquier otra persona.
Los hechos del caso
El mediodía del 8 de agosto de 2003 era un día más en el taller de Jorge Rodríguez sobre la calle Gorriti al 1000. Uno de los mecánicos atendía un vehículo y dos clientes aguardaban sentados en una improvisada sale de espera cuando Narváez ingresó al local preguntando por unos repuestos. Se mostraba nervioso, inquieto. En ese momento, Rodríguez, quien habría visto al hombre merodear por las inmediaciones del taller, adivinando sus intenciones, salió de su oficina con un arma en la mano y disparó. No se equivocaba, Narváez estaba armado y abrió fuego también al tiempo que huía del lugar y se subía a un vehículo que estaba esperándolo.
Herido y por miedo a la justicia, Narváez no fue si no hasta el día siguiente al Hospital de Agudos Torcuato Álvarez, donde falleció a las pocas horas por la gravedad de su cuadro clínico.
Cabe destacar que ante un hecho delictivo, donde la víctima del mismo se defiende, es decir que utiliza su derecho de legítima defensa, termina siendo procesado por abatir a un mal viviente.
Rodríguez, en tanto, continúa el proceso con prisión preventiva.
Nota 2: Prevención especial positiva
Peritos declaran sobre autopsia.
Lo mató por atrás.
A partir de lo sucedido los días 8 y 9 de agosto de 2003, se ha puesto en tela de juicio esa idea de que la inseguridad es una sensación, o si en realidad, es una afectación directa a la libertad y la paz de toda sociedad organizada. En concreto, llega a conocimiento de la opinión pública el hecho de que una persona con, evidentemente, tendencia natural a la criminalidad, puede matar por que sí a quien se le cruce por la calle.
Hoy podemos comentar como avanza el juicio al responsable de esta atrocidad y como lentamente (no podíamos esperar que sea más rápido en un país como el nuestro) se llega a la justicia.
Durante la mañana del día de ayer se realizó una audiencia en el marco de la causa seguida contra el delincuente Jorge Rodríguez, quien aparentemente habría matado mediante un disparo de arma de fuego al Sr. Ramón Narváez.
En la mencionada audiencia, los médicos que realizaron la autopsia informaron sobre lo actuado y sobre las conclusiones a las que pudieron arribar. Ello, con el objetivo de determinar como el mal viviente asesinó a quien en vida fuera Ramón Narváez.
Los médicos Ricardo Sillner y Mariana Raptens manifestaron de manera contundente sobre la causa de muerte (el disparo). Comentaron que el disparo fue realizado mientras la víctima se encontraba de espaldas y a una distancia lejana pues no se encontraron restos de pólvora en el cuerpo. A su vez, pudieron arribar a dicha conclusión por las características del orificio que produjo el mencionado proyectil.
Este periodista no puede dejar de mencionar las maniobras maliciosas realizadas por la defensa, en cuanto intentó desacreditar la autoridad de los galenos, poniendo en duda la veracidad de sus saberes técnicos. Dichas maniobras no pudieron evitar que quedara evidenciada la forma en que el criminal utilizó un arma de fuego para asesinar, de una manera cobarde, a una persona indefensa que se encontraba de espaldas a su victimario.
Para terminar, se puede concluir que este procedimiento comienza a llegar a su fin, arribando a la verdad evidenciada por expertos en estas cuestiones.
A su vez un informante, que solicitó se preserve su identidad, manifestó a este periodista que la condena del delincuente es inminente, pues se encuentran acreditados los hechos y la prueba en su contra es categórica. Solo habrá que esperar que el lento engranaje de la justicia aplique la todo el peso de la ley sobre el Sr. Rodríguez. Seguramente estas noticias llegarán al aparato penitenciario, a quien se le puede ir pidiendo que prepare una celda.
Ahí lo dejamos... Saludos!
Federico Fox. Santiago Duhour.
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